Ingredientes
(Para 6 personas)
40 g de mantequilla
3 cebollas grandes peladas y picadas muy finamente
2 cucharadas de agua
1 cucharada rasa (20 g) de harina de trigo
1,5 litros de caldo de pollo
100 ml de vino blanco
½ cucharadita de sal
¼ de cucharadita de pimienta negra molida
6 rebanadas de pan blanco
60 g de queso gruyère o queso suizo rallado
Procedimiento
- Derrita la mantequilla en una cacerola grande a fuego bajo, y ponga a dorar la cebolla con la cacerola destapada y removiendo constante mente para que se doren ligeramente (entre 15 y 30 minutos dependiendo del espesor del fondo de la cacerola).
- Agregue las 2 cucharadas de agua fría, tape y deje cocinar por 15 minutos a fuego muy bajo.
- Agregue a continuación la harina y revuelva para cubrir bien la cebolla. Deje cocinar durante 5 minutos más sin tapar, revolviendo continuamente.
- Vierta el caldo de pollo y el vino blanco.
- Agregue sal y pimienta.
- Lleve a un hervor y deje hervir a fuego lento durante 20 minutos. Ajuste la sazón si es necesario.
- Tueste las rebanadas de pan. Deben quedar bien tostadas, para que no se deshagan dentro de la sopa. Puede tostarlas en una sartén o en el horno.
- Coloque el pan en el fondo de una cacerola o plato hondo que pueda meterse al horno, y vierta la sopa. El pan subirá a la superficie.
- Esparza el queso rallado sobre el pan.
- Deje gratinar en el horno durante unos 4 minutos, vigilando que no se queme el queso.
Sugerencia: Retire con la punta de un cuchillo el corazón de las cebollas una vez que las pele y las corte por la mitad. Serán más fáciles de digerir.